Habitacion de Sara

adivinando sus pensamientos me acerque a el Tus ojos dicen ven, aqui estoy sonrei

Terminé de quitarle el sujetador, volviendo a ponerla sobre mi, sintiendo ahora su pecho desnudo contra el mio, pero para su, quizás, sorpresa, mi mente "cambio" radicalmente de tema, en referencia a que había adivinado mis pensamientos.

-Lo ves, ¿como no eres tonta? Eres mucho más lista de lo que todos esos idiotas del instituto creen. Le Dije riendo y con cariño. Por puro capricho, no esperé a sus palabras y quise interrumpirla robandole un beso.

me rei Has estado alguna vez en esa lista? volvi a reirme y le llene de besos desde el pecho hasta el estomago

Suspiré ante aquellas caricias y mi mirada se perdio por un momento en el techo de la habitación, tumbandome de nuevo.

Creo que no. Dije riendo con toda la naturalidad que sus besos me permitian.

Estuve apunto de abrir la boca ante ese movimiento tan estimulante y tentador del dedo sobre mi boca, pero ella se quitó de encima y no pude evitar morderme el labio ante ese pequeño... infortunio. Me incorporé rápidamente y fui hacía ella, la verdad me sentía ansioso por besarla una vez más.

Me apoyé sobre la cama con ambas manos inclinándome hacía delante, para besarla y con cuidado de no caer sobre ella,me desabroché el cinturón, al ver que me atraía por el pantalón.

Besé sus labios tentado por los pequeños mordiscos, mientras desabrochaba su pantalón y bajaba la cremallera. Creo que te toca. Dije sonriendo cerca de su boca esperando su próximo movimiento.

Me deshice de mis pantalones y la eché sobre la cama para después, bajar sus pantalones desde las caderas, dando pequeños tirones, hasta quitárselos, después me quedé en la parte baja de la cama, mirándola sonriendo, esperando que dijera o hiciera algo con respecto a mi actitud.

Ven, ven le dije sonriendo Donde vas? levante una ceja y me mordi el labio

Me acerqué de nuevo y me puse sobre ella, sin dejar que sintiera del todo mi peso. La besé y aproveché la "distracción" para girar sobre la cama dejándola de nuevo sobre mí, volví a besarla mordiendo su labio inferior, con mis manos ya agarrándose a su trasero. Los hechos hablaban por si solos.